10 de julio de 2013

VECINO VIGILANTE YUCATAN.- EL HUESERO DE YOBAIN


Don Enrique Sierra Erosa (falleció hace casi seis años), conocido popularmente como “el sobador de Yobain”, realizó por más de cinco décadas milagrosas curaciones, tan sólo con sus manos, en miles de personas, muchas de las cuales no pudieron ser curadas por médicos especialistas, después de acudir a él, sanaban y se rehabilitaban de forma sorprendente.

Conocido también como el “huesero de Yobain” (en su tierra natal ejerció), don Enrique tuvo una capacidad tan asombrosa, que provocó que varios doctores fueran a verlo, en calidad de incógnito, para descubrir sus métodos y principalmente, si en realidad curaba a las personas, pues hasta gente que iba en camilla o en silla de ruedas, regresaba a su casa caminando.

En Yucatán es muy conocido el trabajo del “huesero de Yobaín”, quien heredó a uno de sus sobrinos la facultad de poder curar con las manos toda clase de dolencia músculo esquelética y que actualmente despacha con éxito en el fraccionamiento del Arco donde todos los días atiende a pacientes que llegan de toda la República.

Se trata de Gildardo Gabriel Tamayo Sierra, quien asegura que en ese tiempo era una práctica muy común de los pobladores acudir al huesero, el brujo o el sobador para sanar las heridas del cuerpo.

Aclara que su mentor se dedicaba únicamente al “arte de curar los huesos”, cuyos conocimientos prácticos los enriqueció en horas y horas de pláticas e intercambio teórico con don Víctor Manuel Ríos Covián, considerado un gran impulsor de la medicina veterinaria en Yucatán.

La práctica de la osteopatía también ha florecido con clínicas que atienden médicos quiroprácticos y doctores especializados en la medicina del deporte, por lo cual esta práctica empieza a popularizarse en Yucatán.

Jhonnatan Vázquez Dennis, maestro de una escuela de karate en Los Pinos, decidió abrir un consultorio quiropráctico luego de que por la práctica del deporte, tuviera que recurrir a muchos de estos tratamientos.
-Ahora se deben tener conocimientos especializados, no cualquiera puede abrir un centro de tratamiento de este tipo, porque además ya está regulado por las autoridades,-señaló.

De alguna forma, la tradición ya atrajo también a doctores de otros lados del mundo. Tal es el caso de Koldo Arrazola Cuñado, es un médico español osteópata establecido en Mérida que abrió en esta ciudad el Centro de Terapias Manuales y Osteopatía. Ha otorgado pláticas sobre esta práctica para el Club Rotario de Mérida y asegura que son una alternativa para curar esguinces, luxaciones, contracturas musculares, ciática, migraña y dolores de cuello.