Según cifras del Inegi, en 2010 estaban registrados 124,638 yucatecos con alguna dificultad física o mental,
lo que representa el 6.4% de la población total, muy por encima de la
media nacional que es de 5.1%.
De acuerdo con ese organismo, la
movilidad es la discapacidad con
mayor frecuencia en Yucatán y por
cada 100 personas con limitaciones, más de la mitad se refieren a
caminar o moverse; el segundo tipo
de limitación son los problemas visuales, aun utilizando lentes, lo que
representa el 25.8%. Le siguen: el 11
%, dificultades para oír; el 7.9%, para
hablar o comunicarse; el 5.8%, para
atender el cuidado personal; 4.2%,
poner atención o aprender y el 8.6%,
de tipo mental.
Los datos señalan
que en cuanto a la discapacidad en
Yucatán se identifica que el 15.3% es
por nacimiento; el 42.3%, por enfermedad; el 12.6%, por accidentes; el
25.2%, por edad avanzada, y el 6.9%
otras causas.
AVANCES. A pesar de todos estos
porcentajes y la gran cantidad de
personas con alguna discapacidad,
en Yucatán no existe una cultura de
atención a la discapacidad, explica
Mario Belmont Suaste, discapacitado motriz y activista de los derechos
de los minusválidos.
Los discapacitados no están considerados ni en
edificios públicos, centros de diversión, teatros, cines, restaurantes. En
estos lugares, ni siquiera con sillas
de ruedas cuentan para su servicio.
Manuel Chan Estrada, funcionario
de la dirección de Protección Civil
del gobierno del estado, afirma que
no todo está mal en atención a los
discapacidades; hay avances, dice,
aunque pocos ciertamente.
En el
caso de los edificios públicos, explica, desde el año pasado los discapacitados ya tienen acceso a los juzga-
dos, ubicados en la planta alta del
penal meridano, donde hasta hace
poco era penoso ver todos los días
las peripecias de los discapacitados y
sus familiares para subir o bajar por la
escaleras: ancianos, heridos con muletas, ciegos, y hasta litigantes que utilizan sillas de ruedas.
Asimismo, agrega el funcionario, ya hay
algunos fraccionamientos que construyen casas especialmente diseñadas
para los minusválidos, como Bosques
del Poniente, donde las rampas para
discapacitados cuentan con un pequeño “tope” y una textura diferente de
pavimento.
Tareas tan comunes, como realizar trámites en el Seguro Social o en el algunas dependencias estatales o federales,
por ejemplo, son, en muchas ocasiones, una labor imposible.
VIACRUCIS. Si para un discapacitado transitar en su propio vehículo es
difícil, también es hacerlo en sillas de
rueda, que es un verdadero Viacrucis,
principalmente en el centro de la ciudad, pero también en muchas colonias,
donde de plano los discapacitados ni
intentan transitar, porque las aceras están en pésimo estado y las rampas mal
diseñadas.
En el centro, por ejemplo, dice Belmont Suaste, caminar por las aceras
es complicado, ya que están llenas de
postes, de contenedores para la basura,
de vendedores ambulantes.
Las aceras son tan angostas y con tantos obstáculos, que los discapacitados
en silla de ruedas debemos bajar a la
calle, en tanto que las rampas a veces
tienen obstáculos que impiden que subamos las sillas de rueda. Asimismo, el
acceso a edificios, restaurantes, teatros
o cines más bien parece una “misión
imposible”: no hay suficientes rampas
de acceso y pasamanos, baños especializados ni tampoco asientos reservados
para discapacitados.
Las dificultades para transitar por las calles hace que ya no queramos enfrentarnos cada día a la tarea de recorrer
la ciudad en silla de ruedas, una labor
que es muy difícil de realizar.
Por eso es necesario que los constructores, ingenieros, arquitectos, empresas, y las diferentes autoridades tomen en cuenta a la hora de planear un edificio, comercio, etc. que piensen en los accesos para apoyar a la gente con discapacidad, para que tengan la facilidad de ir a los sitios públicos, cines, teatros, plazas, museos, baños, pasillos, escaleras, etc. y hacerles la vida un poco mejor. Ya que esto es responsabilidad de los ciudadanos y las autoridades.
Por eso es necesario que los constructores, ingenieros, arquitectos, empresas, y las diferentes autoridades tomen en cuenta a la hora de planear un edificio, comercio, etc. que piensen en los accesos para apoyar a la gente con discapacidad, para que tengan la facilidad de ir a los sitios públicos, cines, teatros, plazas, museos, baños, pasillos, escaleras, etc. y hacerles la vida un poco mejor. Ya que esto es responsabilidad de los ciudadanos y las autoridades.